domingo, 30 de septiembre de 2012

Agosto 1967




Reflexiones en La Colina


Para morir lo único que hace falta es estar vivo, nadie pregunta si estamos listos, si queremos o preferimos dejarlo para después, es para todos sin excepción, podemos morir en cualquier momento.

Decir siempre lo que sentimos, no guardarnos nuestras emociones y sentimientos, si queremos a alguien decirle que lo queremos. Ser lo más trasparente posible y trasmitir nuestros sentimientos, tenemos más que ganar que perder.

Aun de la peores cosas que pueden pasarnos siempre podemos sacar algo positivo, un aprendizaje, una enseñanza para el futuro o una nueva oportunidad. Cada día nos enfrentamos a nuevas situaciones, está de nuestro lado saber manejarlas para determinar lo que ocurrirá después en nuestra vida, de la forma en que la enfrentemos y obtengamos lo positivo de cada cosa de cada situación.

Nunca es tarde para recomenzar. Lo que ya ha terminado, no se puede cambiar. Podemos revisarlo para aprender y valorarlo. No podemos volver atrás y tener un nuevo comienzo, pero siempre podemos recomenzar y hacer un nuevo final.

La única manera de sanar nuestras heridas es exponiéndolas. Es como exponer nuestras heridas al sol, ese astro que nos proporciona energía, calor y luz, sacarlas y dejar que cicatricen esas heridas, si las escondemos se pudren y nunca se sanan.

Cuando el anhelo de ser libre es mayor que el miedo a exponerse, nos abrimos a  experiencias que pueden reprogramar las creencias más profundas y más negativas acerca de nosotros mismos. Es importante tomar conciencia de nuestras estrategias de protección desarrolladas frente a las heridas del pasado y soltar las energías reprimidas abriendo el camino de regreso a nuestra esencia.




miércoles, 26 de septiembre de 2012

Octubre 2012


En medio de las nubes y el invierno, me recuerda q mas arriba siempre hay un sol !!
Otto DeVal

Ciclos de vida...


Una de las cosas que más me atormenta es pensar en cuando haré algo por última vez….

No sé si mi viaje a Sao Paulo en febrero del 2007 fue mi último viaje a esa ciudad, o cada vez que fui al Gramercy Tavern en New York, pensaba si ese era mi última vez allí, cuando fui en Agosto del 2011 no sé si fue mi última vez, o inclusive si ese fue mi última vez en New York, la verdad eso no lo sé pero hay cosas que si se que no volverán a pasar, no sabía que el 9 de Julio de 2012 era la última vez que dormía en mi cama o que el 10 de Julio cuando me desperté era la última vez en despertar en ese sitio. O que cuando fui en Junio a la revisión de mi carro en la Honda era la última vez que iba a ir con ese carro a ese sitio, ya ese no es mi carro. O el día que renuncie a mi trabajo en el BAC y pensaba trabajar un mes de preaviso y me pidieron irme ese mismo día esa fue la última vez que llegue en la mañana a esa oficina a ese parqueo. O cuando me despidieron de IBM no sabía que ese día era el final de un ciclo en mi vida que duro cerca de diez anos.

Más todavía cuando pienso que puedo morir en cualquier momento igual será la última vez que hare muchas cosas, sin ser tan drástico al pensar en la muerte que es el fin de un ciclo también, muchas cosas en estos días han sido diferentes, desde que cumplí 49 y pensaba en los 50 muchos miedos surgieron en mi, miedo a envejecer, miedo a las enfermedades, miedo a la muerte. Asimismo surgieron miedos de mi infancia de sueños robados de inocencias robadas cuando tenía menos de 6 anos… Cuando veo mis fotos de pequeño siempre veo una triste mirada, un dolor profundo…. Situaciones que me han limitado en algunos aspectos y me han abierto a otros mundos que de no haber sido por esas experiencias vividas nunca hubiese conocido.

La verdad todo esto tiene que ver con el miedo de no saber cuándo se acaba una etapa de mi vida y cuando va a empezar otra, como me dijo José Luis, al cumplir Cincuenta empiezas la segunda mitad de tu vida... y ha sido así.. ha empezado una nueva etapa en mi vida.

Por lo menos aunque siento tristeza prefiero no aferrarme o permanecer en etapas que ya se cerraron prefiero no permanecer en ellas más allá del tiempo necesario para no perder el sentido.

Prefiero estar cerrando círculos, cerrando etapas, o cerrando capítulos. Como se llame, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

Puedo pasarme mucho tiempo pensando en los porque, recordando cada detalle de lo vivido como en una película tratando de entender lo que sucedió, tal o cual hecho, pero el desgaste va a ser infinito porque en la vida estamos dirigidos a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No quiero estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándome por qué. Lo que sucedió, sucedió, y tengo que soltar, desprenderme. No puedo ser niño para siempre ni aferrarme o excusarme con lo que paso en mi vida sin mi permiso sin que nadie me preguntara, aunque me hubiesen preguntado no estaba preparado para enfrentar algo así. Tampoco puedo ser empleado de empresas que ya no existen, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a mí. No. Los hechos pasan y hay que dejarlos ir. Por eso creo que es importante destruir recuerdos, como cuando queme todas las cartas de una época de mi vida antes de empezar una nueva etapa; regalar presentes, cambiar de casa, libros por vender o regalar. Por eso cuando me fui de la casa muy pocas cosas me lleve y la mitad de las cuales ya las regale.

La vida es para adelante, nunca para atrás. No quiero ir dejando "puertas abiertas" por si acaso, ya que nunca podre desprenderme ni vivir lo de hoy con satisfacción. Posibilidades de "regresar" necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que me invadieron. Quiero cerrar capítulos simplemente porque ya no encajo allá, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese trabajo. Ya no soy el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver.

Cierro la puerta, paso la hoja, cierro el círculo. Ya no seré el mismo ni el entorno al que regrese será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

Nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque cuando vine a este mundo llegue sin nada y así me voy a ir, por lo tanto es la costumbre lo que me hace vivir pegado a alguien o a algo, y es un trabajo personal aprender a vivir sin eso o ese, sin el adhesivo humano o físico que hoy me duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr porque, nada ni nadie nos es indispensable. Solo es costumbre, apego, necesidad. Pero... hay que cerrar, clausurar, limpiar, oxigenar, desprenderse, soltar, dejar ir ....